El salón de fiestas, la iglesia, el vestido, el peinado, el maquillaje, los anillos, la comida, la música, etc, etc... La lista de los preparativos para una boda parece eterna, y entre tantas cosas no podemos olvidarnos de las invitaciones.
Las invitaciones para boda son importantes, pues es la manera de comunicar a todos nuestros seres queridos que nos vamos a casar y obviamente, el medio formal para avisarles que los invitamos a compartir este momento inolvidable. ¿Te casarás próximamente? ¿Estás en plenos preparativos?
Ponte en campaña para elegir las invitaciones de boda con estos consejos.
Conoce tus tiempos. Tal vez quieras tener las invitaciones más hermosas de todas, hechas por la mejor imprenta, con el mejor papel y el mejor diseño acorde a tu fiesta. Pero si las mandas a hacer a último momento, no las conseguirás... ¡Será demasiado tarde! Ponte a pensar en las invitaciones apenas sepas cuándo será tu boda.
Considera tu dinero. Si están justos con el dinero, trata de ahorrarlo del lado de las invitaciones. ¡No es necesario gastar fortunas en ellas! Consulta a tus amigas casadas por los precios y reúnete con varios especialistas para encontrar el presupuesto que más se adapte a tu bolsillo.
Inspírate. Si eres de aquellas que está en todos los detalles, inspírate para confeccionar las invitaciones que más te gusten. Chequea en revistas de novias o por Internet. ¿Quieres un estilo tradicional? ¿Hechas en pergamino? ¿Caligrafía a mano? Hay un montón de alternativas.
Una vez que tengas pensado el diseño de las invitaciones, cuéntaselo a tus proveedores. Ellos te dirán si es compatible con el presupuesto arreglado... Y si no lo es, tal vez juntos lleguen a una nueva idea mucho mejor.
Revisa varias muestras. Si no tienes ninguna idea, visita distintas papelerías e imprentas en busca de modelos de invitaciones para bodas. Consulta con tu futuro marido, familia y amigos y elijan la que les guste más.
¿Y si las haces tú misma? ¡Es una gran idea! Sin dudas, hacer las invitaciones de nuestra boda con nuestras propias manos vale la pena.
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